Limpieza y Desinfección de aljibes y depósitos

¿EN QUÉ CONSISTE LA LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN DE ALJIBES, DEPÓSITOS DE AGUA POTABLE Y DE AGUA CONTRAINCENDIOS?

Se recomienda por motivos salubridad e higiene, acometer la desinfección y limpieza de aljibes y depósitos de agua potable y de agua contraincendios ante tres circunstancias siempre que ésta sea para consumo humano. En primer lugar, se recomienda acometer esta limpieza antes del primer uso. Posteriormente se recomienda hacerlo al menos una vez al año de manera periódica y rutinaria. Y por último, es necesario realizar una limpieza en depósitos de agua y aljibes siempre que se hagan operaciones de reparación en los mismos.

 

PROCEDIMIENTO DE TRABAJO

 

Limpieza y Desinfección de aljibes, depósitos, etc.

1. Preparativos y precauciones a tener en cuenta.

– Revisión previa del estado de la valvulería, desagües, todo tipo de rejillas, respiraderos, rebosaderos, etc.

– Presencia de personal técnico suficiente y formado según la Orden SCO/317/2003.

– Disponer utensilios adecuados y EPI´s ( cepillos, rastrillos, botas de agua, equipos de agua a presión, aspiradoras y bombas de achique, productos desincrustantes/desinfectantes, guantes, máscaras de protección facial..).

– Desinfección previa a su uso de todos los utensilios, en un recipiente con agua con más de 20 ppm de cloro residual durante 30 minutos.

– Prever la iluminación y ventilación de acuerdo a las normas de seguridad vigentes para espacios confinados y húmedos.

– Valorar las posibles repercusiones de la actividad, y dar aviso a usuarios afectados en cuanto a cortes de agua, cambios de presión, alteración de la turbidez y color del agua.., realizar un examen organoléptico.

– Disponer de neutralizante suficiente (tiosulfato sódico, bisulfito sódico, sulfito sódico) para eliminar el cloro residual después de la desinfección del depósito y antes de cualquier vertido a la red de saneamiento.

 

2. Vaciado del depósito.

Se tendrá en cuenta el principio básico de no desperdiciar agua. Vaciar por consumo al máximo posible sin que entren sedimentos o aire en la conducción de salida a  red ni se ponga en riesgo la integridad mecánica de los grupos/bombas de presión (evitar que trabajen cuando este vacío el depósito).

Iniciar el vaciado teniendo en cuenta el caudal de desagüe, de modo que la operación de limpieza tenga las menores repercusiones posibles sobre los usuario.

En caso necesario de disponer de bombas de achique y aspiradoras de agua auxiliares, si el depósito carece de desagüe o para evacuar la columna de agua que por debajo del nivel de impulsión a la red de distribución.

Revisar la necesidad de obras de reparación o mantenimiento necesarias, así como estado de todos los elementos del depósito: boyas, tuberías, rejillas aberturas, escaleras interiores…

 

3. Limpieza del vaso.

La limpieza debe tener una función de desincrustarían y desinfección seguida de un aclarado con agua.

Cerrar la válvula de salida a red durante la limpieza.

El método de limpieza consiste en, una vez vaciado el vaso, proceder a eliminar todos los restos de suciedad, corrosión, sedimentos o incrustaciones mediante cepillado de las paredes y solera del depósito.

A continuación se realiza una limpieza con agua a presión hasta observar aguas limpias y se aspiran los restos de agua y suciedad con aspiradoras industriales de aire-agua.

La limpieza se iniciará siempre por parte superior descendiendo progresivamente hacia el fondo-base del depósito.

 

4. Desinfección del vaso.

Rociar con agua a baja presión hiperclorada (25 mg/l de cloro libre residual) las paredes verticales, suelo del depósito, escaleras, tuberías, ventanas y el techo si fuera necesario. Dicha dilución deberá ser aplicada a todas las superficies, incluyendo tuberías de entrada y salida de agua.

La superficies  tratadas deberán permanecer mínimo 30 minutos en contacto con el desinfectante (tiempo mínimo requerido para acción bactericida del hipoclorito sódico).

Transcurrido el tiempo anterior, aclarar con agua de consumo todas las superficies, hacer subir el agua unos cm por encima del nivel de solera, medir el cloro residual y neutralizar si fuera necesario.

 Agitar  el agua del fondo con cepillos o chorros de agua a presión, volver a medir el cloro residual en diferentes puntos y cuanto este neutralizado proceder al vaciado mediante desagüe del propio depósito y/o bombas de achique.

Barrer con cepillado arrastrando los restos y el agua del suelo hacia el desagüe.

 

5. Llenado y puesta en servicio.

Se mantiene la válvula de salida a la red cerrada hasta que el nivel asciende por encima de la impulsión. A continuación, se procede a restaurar el suministro abriendo lentamente la válvula de salida.